Finalmente nos juntamos para la excursión Javier L., monitor de barrancos del CAU, Javier S., paisano mio, el "Vaquilla", italiano que ahora no se muy bien que hace aquí, Aroa, que se apunta a un bombardeo y yo.
A pesar de que durante la semana había hecho días de calor, decidimos coger piolets y crampones por si acaso. Yo me fui el viernes a Tarazona y alzando la vista hacia el Moncayo, mas que el Moncayo lo que vi fue un nubarrón de la la leche, pensé "a ver si mañana mejora que si no vamos a pasar un frió del carajo...". El sábado amaneció mitad y mitad, es decir, de Tarazona hacia Tudela soleado, de Tarazona al Moncayo todo tapado.
Quedé con el resto de la gente que venia de Zaragoza en Tarazona y luego, después de almorzar, faltaría mas, nos subimos a "La Casa". A pesar de que el cielo estaba cubierto, el frio era soportable y no parecía que fuera a llover o nevar, ya era algo. El termómetro que lleva siempre Javi marcaba -4 grados.
Había nevado la noche anterior y estaba todo cubierto por una capa de tres o cuatro dedos de nieve polvo. Comenzamos la subida y la niebla fue la protagonista todo el camino anulando las increibles vistas del paisaje que nos rodeaba. En algún momento el sol quiso asomar tímidamente.
Una vez llegados al collado nos encontramos con nubes que pasaban a gran velocidad.
Tan pronto se abría un claro como no veías lo que había delante de tus narices.